jueves, 4 de julio de 2013

El Watergate climático: la farsa del calentamiento global, al descubierto


Un hacker desvela documentos y correos electrónicos de la elite científica vinculada al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC). Los calentólogos  admiten que manipulan datos, destruyen pruebas, ejercen fuertes presiones para acallar a los científicos escépticos...


D. R. HERRERA /  
Algunos ya lo califican como el mayor escándalo científico del siglo. Este fin de semana la red se ha convertido en un auténtico hervidero tras la publicación de toda una serie de documentos comprometedores pertenecientes a la cúpula científica del calentamiento global antropogénico (causado por el hombre).
Acuerdos para manipular datos, destrucción de pruebas, conspiraciones para evitar que los escépticos publiquen en revistas científicas, dudas privadas sobre sus propias aportaciones a la teoría del calentamiento global que no se reconocen en público, ocultamiento del "Periodo Cálido Medieval", alegría por la muerte de un escéptico...
Todo ello forma parte de una serie de documentos y correos electrónicos privados que han sido desvelados bien por un hacker externo o bien por una fuente anónima interna de uno de los templos de la calentología. Pueden encontrarse ya en las redes P2P, buscando en Google "FOI2009.zip", y ya existe incluso un buscador.
Se trata de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas en inglés), perteneciente a la británica Universidad de East Anglia, uno de los centros de investigación más activos en sus esfuerzos por demostrar la teoría del calentamiento global de origen antropogénico. En septiembre se vio envuelto en una polémica con el think tank norteamericano Competitive Enterprise Institute por destruir datos originales de toma de temperaturas por "falta de espacio".
Sus datos han sido empleados en muchos estudios alarmistas, pero son datos "cocinados", y el problema es que ya no es posible saber si esa “cocina” ha sido hecha correctamente tras la destrucción de los originales.
¿Y qué dicen esos correos?
Lo principal que se extrae de la lectura de estos correos electrónicos es,en palabras del blogger norteamericano John Hinderaker, una mentalidad de bunker asediado por los enemigos, esto es, los escépticos. Estos científicos creen sinceramente en la teoría del calentamiento global, de un modo tan fanático que les lleva a alegrarse de la muerte en 2004 del escéptico John Daly o desear "darle una paliza" al también escéptico Patrick Michaels.
Pero, sin duda, lo más importante es que parecen plenamentedispuestos a maquillar sus datos para que se ajusten a la teoría.Así, en un correo del pasado 28 de septiembre, uno de estos científicosanuncia su intención de bajar 0,15 grados la temperatura registrada del océano para que se ajuste a sus modelos climáticos.
Otro científico, David Parker, discute en otro email la posibilidad de cambiar el período de referencia para elaborar el índice de temperatura global. Se opone afirmando que tal cambio podría confundir al público y, sobre todo, reflejaría que el actual período es menos cálido de lo que pretenden hacer creer.
Tim Osborn describe cómo algunos datos son manipulados para ocultar que los resultados de un estudio muestran una aparente tendencia al enframiento de la temperatura del planeta. El propio Michael Mann, uno de los climatólogos del cabecera del IPCC de la ONU, afirma en otro correo que sería bueno "contener" la temperatura del “Período Cálido Medieval ".
Manipulación de informes
Por su parte, Tom Wigley le comenta a otro colega que el calentamiento en la superficie terrestre desde 1980 ha sido casi el doble que en los océanos, un dato que no se debe salir a la luz, ya que podría ser utilizado por los científicos escépticos como prueba de que los centros urbanos constituyen auténticas islas de calor, sin que esto nada tenga que ver con el calentamiento global.
También existe otro de 1999 en el que un científico reconoce haber usado el "truco de Mike" (Michael Mann, el del Palo de HockeyenNature para "ocultar el descenso" de temperaturas. El "truco" en cuestión consiste en ocultar la divergencia entre las temperaturas de 1960 en adelante y los registros de los anillos de los árboles empleados para reconstruir el clima pasado. ¿Cómo? Eliminando esos registros en los resultados durante los años problemáticos, es decir, aquellos que no se ajustaban al modelo.
También se observa la paranoia del propio Mann, uno de los artífices de los informes del IPCC. Así, en un correo reciente, este gurú del calentamiento global protesta por la "máquina de ataque pagada por las multinacionales", pese a que fluyen muchos, muchos más fondos hacia los científicos que defienden el cambio climático causado por el hombre que hacia los escépticos.
De hecho, en otro de los correos un climatólogo británico se queja de un artículo cuestionando la teoría del calentamiento porque es justo "lo que no necesita" en sus esfuerzos para sacarle dinero a Siemens. Un correo reconoce que están negociando con Esso, una de las subsidiarias de ExxonY uno de los documentos muestra que el director del CRU ha recaudado 13,7 millones de libras desde 1990.
Ocultación de datos
También existe algo más grave. Las leyes británicas obligan a desvelar todos los archivos de las investigaciones financiadas con dinero público, como son las del CRU. Un correo pide a varios científicos de diversas universidades que borren ciertos mensajes, lo que ha sido interpretado como un posible intento de evitar verse obligados a desvelar contenidos "incómodos" para la teoría del calentamiento ante una posible petición bajo las leyes británicas.

Uno de los correos, de hecho, reconoce que de verse obligado a dar los datos de las estaciones de temperatura del CRU preferiría borrarlos, lo cual podría estar relacionado con esa "falta de espacio" que adujo en septiembre para no revelarlos.

Conspiración para no dejar publicar a los escépticos
Uno de los más repetidos mantras de los climatólogos creyentes consiste en que los escépticos no publican en revistas científicas respetables, las llamadas peer-reviewed, y ellos sí. Pero parece que en parte esto sucede por un esfuerzo concertado para que así sea. Uno de los intercambios de correos desvelado se indigna ante la publicación de un par depapers científicos de los escépticos en la revista Climate Researchy promueve un boicot contra la misma.
Ese intento de acallar las publicaciones científicas escépticas alcanza al IPCC, el macroinforme de la ONU que se supone contiene toda la información relevante sobre la ciencia del clima. Pues bien, otro de los correos muestra a estos científicos indicando que harán todo lo que puedan para evitar que un estudio contrario a sus teorías llegue al IPCC, incluso aunque sea a costa de "redefinir lo que significa un estudio peer-reviewed".
Phil Jones escribe a la Universidad de Hull para intentar detener a su colega escéptica Sonia Boehmer Christiansen; Michael Mann explica cómo destruir una revista que ha publicado documentos científicos sobre el clima elaborados por escépticos; en otro correo, el propio Mann dice que se pondrá en contacto con la cadena británica BBC para averiguar por qué permitió la publicación de un artículo vagamente escéptico; otro correo desvela que una carta de calentólogos enviada a The Timesfue redactada con la inestimable ayuda de Greenpeace...
Siempre se ha alegado desde el campo escéptico que no es necesaria ninguna conspiración para explicar el elevado número de científicos que apoyan la teoría del calentamiento global. Existen suficientes intereses académicos, ideológicos y hasta pecuniarios que permiten explicar acciones de distintas personas en la misma dirección. Pero eso no significa que no puedan existir conspiraciones como ésta, con la intención de acallar a algunos críticos, que pueden haber logrado algún éxito.
El material tardará en ser examinado, pues incluye cientos de correos, documentos científicos, datos contables sobre los fondos recibidos para la investigación y hasta el código empleado para las reconstrucciones del clima pasado, ése que siempre se han negado a enviar a los escépticos para su examen y ha tenido que ser reconstruido por los estadísticos McIntyre y McKitrick.
No existe una seguridad al 100% de que todos los correos electrónicos y documentos publicados sean ciertos, pues son demasiados como para que se haya podido verificar, por el momento, uno a uno. Sin embargo, la propia Universidad ha reconocido la veracidad de su origen y ha cambiado los claves de acceso de su personal para evitar más filtraciones. De hecho, algunos afectados han reconocido la autoría de algunos de los correos más sorprendentes del lote.
Tras saltar a la red, el escándalo ya ha sido recogido por algunos medios, tales como New York TimesWashington Post o el alemán Die Welt.

Los Rockefeller piden restringir las libertades en Europa del Sur, Saqueo máximo, democracia mínima

El gobierno Español afirma ahora que la crisis está tocando fondo. Pero dos noticias conocidas la pasada semana indican justamente todo lo contrario: España se encuentra en un umbral crítico en el que el grado de intervención y saqueo está subiendo de grado hasta extremos insospechados. Y en el que el mismo sistema democrático y el régimen de libertades, tal y como lo hemos conocido desde 1978, corre el riesgo de ser puesto en cuestión.

Eso es lo que se desprende de un informe del banco norteamericano JP Morgan titulado “El ajuste de la Zona Euro, una tarea a medio hacer”. En él, el banco de los Rockefeller y otros centros nodulares de la oligarquía imperialista yanqui sostiene que para poder seguir obteniendo enormes beneficios de sus actividades financieras en Europa “son necesarias reformas políticas destinadas a acabar con la oposición a las medidas impopulares de austeridad”.


A que reformas políticas se refieren? El mismo documento lo aclara en varios de sus párrafos.

Al principio de la crisis creíamos que estos problemas heredados del pasado se debían en gran parte al orden económico reinante; sin embargo, se puso de manifiesto que hay problemas políticos que están profundamente arraigados en los países de la periferia, Grecia, España, Portugal e Italia”.

Sistemas políticos que, por venir “de una Dictadura anterior”, tienen Constituciones que “tienden a tener un fuerte sesgo socialista, reflejando la fuerza política que los partidos de izquierda adquirieron después de la derrota del fascismo”.

"Segun JP Morgan, España sólo hemos recorrido la mitad del proceso de ajustes"Regímenes políticos que, según la JP Morgan, presentan unos mismo rasgos comunes: “unos dirigentes débiles; unos Estados centrales débiles en relación con las distintas regiones; protección constitucional de los derechos de los trabajadores; sistemas que buscan el consenso y animan el clientelismo político; el derecho a la protesta, permitido por el status quo político”.

Y remacha; “estas Constituciones y acuerdos políticos en la periferia sur tienen una serie de características que parecen ser inadecuadas para una mayor integración regional. Cuando los políticos y creadores de opinión alemanes hablan de un largo proceso de ajuste de una década, probablemente tienen en mente tanto la necesidad de reformas económicas como políticas (...) Es poco probable que Alemania acepte los eurobonos sin cambios significativos en las Constituciones políticas de la periferia”.

Todo esto, en última instancia, quiere decir que Washington y Berlín consideran que es preciso limitar y poner coto a una serie de libertades democráticas y derechos constitucionales que dificultan que los recortes, ajustes y el trasvase de riqueza desde nuestros países a sus oligarquías financieras pueda completarse. Pues según el propio informe de JP Morgan, los países del sur de Europa sólo hemos recorrido “la mitad” del proceso de recortes y ajustes necesario.

Otra vez en venta. Y ahora, a lo grande
Ligado con esto, la semana pasada conocíamos que el gigante norteamericano de las telecomunicaciones ATT ha sondeado al gobierno sobre la posible compra de Telefónica, la mayor empresa española.

"Para llevar a cado el saqueo, a Washinton le molesta el régimen de libertades"La oposición inicial del gobierno, al parecer, ha hecho desistir (al menos por el momento) a ATT de hacerse con Telefónica. Sin embargo, el sólo hecho de que una operación de esta envergadura haya podido ser siquiera pensada revela a las claras el estado de degradación política y económica al que está siendo conducido nuestro país. Hace menos de una década, una operación de este tipo hubiera sido impensable. No es ya que Telefónica no fuera comprable, es que era ella quien compraba hasta hacerse con una posición relevante en mercados tan importantes como Reino Unido, Alemania, Italia o Brasil, por citar sólo unos cuantos.

Que ATT haya ideado un proyecto para hacerse con el control de la mayor empresa nacional en términos de volumen de negocio, empleo, inversión y generación de valor añadido no es un asunto baladí. Indica hasta qué punto están dispuestos a llegar Washington y Berlín en su proyecto de intervención y saqueo del país. Los diques ha sido rebosados y hasta las joyas de la corona oligárquica (sistema financiero, telecomunicaciones, eléctricas, energéticas, constructoras,...) están ya hoy en su punto de mira.

Ni Telefónica es una empresa cualquiera para España, ni ATT es cualquier empresa en EEUU. Detrás de ella están los mismos grandes fondos –los llamados “cuatro fantásticos”, State Street, Capital Reseach, Vanguard Group y Black Rock– que son a su vez los mayores accionistas de la gran banca estadounidense: JP Morgan, Citigroup, Bank of America-Merril Lynch, Morgan Stanley o Wells Fargo. En otras palabras, el auténtico corazón de la oligarquía yanqui.

Es importante retener este dato. Porque conociendo quién esta detrás de la operación –los mayores depredadores financieros del planeta– sería de una ingenuidad terrible creer que van a desistir de dar caza y devorar una presa tan jugosa una vez que han olido su sangre.

En abril de 2010, hace ahora más de 3 años, al poner de manifiesto el nuevo proyecto de intervención y saqueo hegemonista dijimos: “los centros de poder financiero de Europa y del mundo reclaman su cuota-parte de ese 25% de rebaja salarial. No sólo mediante el pago de mayores intereses por la deuda, sino poniendo sus ojos (y veremos cuanto tardan en poner también sus garras) en algunas de las ‘joyas de la corona’ monopolistas de la oligarquía española”.

Todo indica que ese tiempo ya ha llegado. Y que Washington y Berlín han llegado a la conclusión de que para poder completar el desguace de España les sobran e incomodan un ‘exceso’ de derechos ciudadanos y libertades democráticas.

A más voracidad, mayores dificultades
Todo esto, sin embargo, pone de manifiesto, al mismo tiempo que su insaciable voracidad, las crecientes dificultades que encuentran para imponer sus agresivos proyectos. De lo que acabamos de ver un ejemplo ilustrativo en Grecia.

"Con cada paso adelante que dan, más fuerzas se ponen en su contra"Allí, el gobierno tripartito lacayo de la troika acaba de romperse tras abandonarlo el socio minoritario, Izquierda Democrática, por el cierre de la televisión pública griega impuesto por el FMI y Berlín. La agresividad de su intervención, la profundidad del saqueo y el antagonismo de sus ataques contra la población llega hasta tal punto que incluso quienes hace unos meses aceptaron el segundo rescate como “mal menor” hoy ya no pueden soportarlo ni están dispuestos a aceptar sus nuevas y virulentas medidas.

Si los Rockefeller, Merkel y compañía están calibrando hoy la conveniencia de restringir el sistema de libertades, no es por una especial perversidad que les haga coquetear con el autoritarismo, sino por las dificultades, la oposición y el rechazo crecientes que encuentran entre la población.

Cada nueva agresión que perpetran se traduce en que más gente abandona el campo del miedo y la resignación para pasarse al de la indignación y la lucha. Con cada paso adelante que dan, más fuerzas se ponen en su contra y pasan a alinearse en el campo del 90%, creando nuevas y mejores condiciones para levantar un Frente Amplio de Unidad.

Está pasando en Grecia con la ruptura del gobierno tras la conmoción causada por el cierre de la televisión pública. En Portugal con la negativa del Tribunal Constitucional y la Presidencia de la República a aprobar las medidas más duras exigidas por la troika al gobierno de Passos de Coelho. Está pasando en Italia con el esperpéntico y patético pacto de la “izquierda” del PD con Berlusconi para tratar de frenar el ascenso del Movimiento 5 Estrellas. Y en España con el hundimiento del bipartidismo y la amplitud y el alcance que está cogiendo la campaña de “Las pensiones a referéndum”.

No pueden avanzar sin sembrar al mismo tiempo nuevos rechazos y una mayor oposición. Quien siembra vientos recoge tempestades. Todos debemos ser conscientes de que dar un cauce político a todo ese caudal de lucha que ellos mismos están desatando es ahora mismo lo más importante.

Extender y difundir la campaña por el referéndum de las pensiones, ampliar la unidad construida en torno a ella en la perspectiva del frente amplio y, sobre todo, ampliar las filas de nuestro partido –la fuerza política que desde hace años venimos señalando con claridad y persistencia dónde están nuestros verdaderos enemigos y cómo podemos derrotarlos si nos unimos y organizamos– son las tares más urgentes del momento para conjurar la creciente amenaza que representan Washington y Berlín, no sólo para nuestras condiciones de vida, sino para la propia democracia.

El DDT y la mortífera campaña Ecologista


¿Mecenazgo altruista en la ciencia biomédica? 
La estrategia anti-malaria de la Fundación Rockefeller viene de lejos, de la mano de la gran industria agro-química y el estado norteamericano.
Hasta la llegada del DDT en los cuarenta, unos 200 millones de personas eran atacadas anualmente por la malaria y de ellas todos los años morían 2 millones. 
A comienzos de 1946, un programa de rociado a gran escala produjo una inmediata y dramática reducción de la enfermedad y propició que en 1955 la Asamblea Mundial de la Salud iniciara el programa de erradicación del paludismo a nivel mundial.
Ese programa tenía un gran promotor: la Fundación Rockefeller y dependía fundamentalmente de tratamientos con DDT."No es una “enfermedad tropical”, está ligada al expolio hegemonista"
A su vez, la Fundación Rockefeller impulsó la Revolución Verde junto a las grandes compañías agro-químicas para hacerse con la hegemonía del agro-negocio mundial. Dicha revolución se basó en la selección genética y la explotación intensiva de monocultivos basada en la utilización masiva de fertilizantes, pesticidas y herbicidas. La Fundación pagaba la investigación para el desarrollo de la ingeniería genética, de nuevas semillas híbridas para los mercados agrícolas en desarrollo que concentraría el control de la cadena alimentaria en manos de un puñado de grandes monopolios norteamericanos (DuPont, Monsanto) y  estableció la base para la ulterior revolución de la semilla transgénica. El uso de los organoclorados pasó rápidamente al terreno militar. La multinacional estadounidense Dow Chemical, por ejemplo, produjo el DDT, el Agente Naranja y los ingredientes del napalm usados en Vietnam.
Finalmente, su prohibición y sustitución por otro tipo de compuestos, los organofosforados, en los sesenta por el gobierno Nixon fue presentado como un triunfo de la protección del medioambiente y la salud. Cierto es que se trataba de sustancias, los organofosforados, que no se acumulan en el medio ambiente ni en el tejido graso de las personas como el DDT, pero precisamente su mayor toxicidad y su difícil detección les daba una ventaja como arma de guerra frente a la URSS. 
Hambre y enfermedad
Según los economistas, el África subsahariana podría ser casi un tercio más rica hoy si hubiera erradicado la enfermedad en los años sesenta. 
A costa de una alta toxicidad el DDT contribuyó al fin de la malaria en Estados Unidos en 1952 y en Europa en 1961, y se usó desaforadamente para multiplicar la productividad agrícola. 
El fin de la producción de DDT dejó desabastecidos y sin alternativa a los países del Tercer Mundo. 
En poco tiempo los mosquitos y la malaria reaparecieron en las zonas más pobres y murieron decenas de millones de personas, especialmente niños."Ni Rockefeller, ni Gates ni EEUU practican la ciencia humanitaria"
Por eso, el concepto de malaria como “enfermedad tropical” no tiene ningún sentido, es una enfermedad ligada al expolio hegemonista del Tercer Mundo, al que tanto ha contribuido la Fundación Rockefeller.
Allí  la resistencia del parásito a los antipalúdicos (quinina, cloroquina) ha ido creciendo con los años a la par que se han boicoteado medicamentos y vacunas no controladas por los grandes monopolios farmacéuticas, como la vacuna del profesoro Manuel Patarroyo cedida gratuitamente a la ONU. 
La OMS reconoce que la artemisa, planta usada ancestralmente en China, es una solución al paludismo, pero sólo autoriza que los médicos receten la versión de la multinacional Novartis-Syngenta a precios prohibitivos. 
Ya en 2002 se encuentran estudios en India que demuestran que con el extracto de una planta inofensiva (Spilantes Acmella), se puede obtener la eliminación al 100% de huevos y larvas del mosquito de la Malaria como alternativa al DDT. Aún así, treinta años después de su prohibición, la OMS volvió a permitir en 2006 el rociado interior de las viviendas y mosquiteras con DDT.
Los índices de malaria hoy superan los de los años 40; se calcula en unas 500 millones las personas expuestas en zonas endémicas (África, India, Asia Sur-Oriental y América del Sur) y se estima que anualmente causa dos millones y medio de muertes.
El tridente Monsanto-Fundación Rockefeller-Fundación Melinda-Bill Gates, mira por donde, es el mismo que están promoviendo y financiando una nueva revolución verde en África (AGRA) bajo la bandera de erradicar el hambre; eso sí, usando las semillas y pesticidas de Monsanto. África es el próximo objetivo de la campaña del gobierno de EEUU por extender los OGM a todo el mundo, patrocinando la formación de científicos africanos en EEUU, proyectos de bioseguridad financiados por la Agencia estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID) y el Banco Mundial y la investigación sobre cultivos autóctonos. 
Países donde la malaria es endémica, como Sudáfrica o India, están en el corazón de las potencias emergentes. España debería sumarse a esta corriente de creación autónoma de riqueza y empleo participando de forma activa y autónoma en proyectos como el del científico colombiano Manuel Patarroyo que anuncia una vacuna barata contra la malaria para 2016, o tomando ejemplo de como el Tribunal supremo de la India ha dado la razón a su industria de genéricos frente al gigante farmacéutico Roche. Nuestra ciencia, nuestros extraordinarios científicos, no deben en modo alguno ser partícipes de los planes hegemonistas de EEUU de expolio sobre el Tercer Mundo. Ni Rockefeller, ni Gates ni EEUU practican la ciencia humanitaria.

---------------------------------------------------------------------------------------------
Hace exactamente 30 años, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) prohibió el DDT, fortaleciendo así al movimiento ambiental mundial. Aunque muchos creen que los verdes son gente abnegada que trabaja sólo por el bien de los demás, sus campañas en América Latina y en Africa mantienen a la gente en la pobreza e impiden controlar las enfermedades.

Cuando en 1962 Rachel Carson escribió sobre el DDT en su libro La primavera silenciosa, su preocupación era sobre el posible impacto del insecticida en la gente y los animales. Ella alegaba que debilitaba la cáscara de los huevos de las aves y era un carcinógeno. La realidad es que se ha exagerado el impacto del DDT en la naturaleza y no es carcinógeno. Carson, ni los que han hecho campaña contra el DDT en todos estos años, mencionan sus inmensos beneficios al evitar las epidemias de malaria y demás enfermedades transmitidas por mosquitos.

En sus cruzadas, los ambientalistas jamás permiten que la verdad o la ciencia interfiera con sus alarmantes campañas. Los hechos suelen ser complicados y fastidiosos, pero cuando la información la presentan personajes famosos, los mensajes tienen que ser parcializados, simples y cortos. El mensaje suele ser que los químicos manufacturados por el hombre son peligrosos, innecesarios y deben ser totalmente prohibidos.

Eso suena muy bien en los prósperos suburbios de Estados Unidos, donde las amas de casa gastan el doble en comprar verduras orgánicas (en cuyo cultivo no se utilizan abonos químicos), pero para millones de habitantes de los trópicos expuestos al dengue y a la malaria, las materias químicas modernas y específicamente el DDT pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. La dramática realidad es que la gente más pobre y más vulnerable del mundo está pagando con sus vidas por los programas ecoimperialistas contra el DDT.

El DDT permitió la erradicación de la malaria de casi toda Europa y de Estados Unidos y Canadá, pero el DDT sigue siendo parte esencial y necesaria de cualquier bien planeado plan de control de la malaria.

En Sudáfrica, el uso del DDT tuvo gran éxito desde fines de los años 40 hasta 1996, cuando fue eliminado por presiones y cabildeo de grupos ambientalistas. Seguidamente, ese país sufrió la peor epidemia de malaria de su historia. El número de enfermos se disparó un 1000 % en cuatro años y los hospitales no tenían suficientes camas.

El problema es que el mosquito anófeles, que transmite el parásito de la malaria, se volvió resistente a los otros insecticidas. Y el mosquito llamado anófeles funesto, el más eficiente transmisor de la enfermedad, regresó a Sudáfrica después de una ausencia de 40 años.

Felizmente, el ministerio de Sanidad re-introdujo el DDT para controlar la malaria en Sudáfrica y en el primer año el número de casos cayó en más de 80%. Muchos de los hospitales que no tenían camas disponibles hace 18 meses, hoy reciben muy pocos casos nuevos. Pero no se trata sólo de Sudáfrica, en Zambia lograron reducir los casos de malaria en 50% con la primera fumigación de DDT. Algo similar sucedió en Ecuador, mientras que la malaria aumenta en otros países latinoamericanos.

Los virus de dengue son transmitidos por el mosquito Aedes aegypti y desde la virtual desaparición del DDT han aumentado considerablemente las epidemias y el número de muertos en los países tropicales. Actualmente, en El Salvador se ha declarado un estado de emergencia sanitaria por el dengue.

Pero el movimiento ambientalista continúa su campaña para acabar totalmente con el DDT y está siendo apoyado por la Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes de las Naciones Unidas (POP). La POP trata de eliminar la producción y el uso de 12 materias químicas. Felizmente permiten el uso del DDT por autoridades sanitarias, pero dificultan y encarecen su transferencia y almacenaje, cuando en el pasado el DDT salvó a millones de vidas, no sólo por su eficiencia, sino porque era muy barato.

Esto significa que los países pobres utilizan productos alternativos, mucho más caros y mucho menos eficaces. La mayoría de los químicos prohibidos no se usan en los países industrializados, pero siguen siendo esenciales para los subdesarrollados. Cambiando las normas ambientales, las naciones ricas reprimen el crecimiento de los países pobres.

Cuando se prohíbe el DDT, el impacto negativo en la salud es inmediato y evidente. Cuando se restringe o se prohíbe el uso de otros químicos, el impacto negativo en el bienestar es menos obvio, pero igualmente real.

Los verdes deben suspender sus campañas contra el DDT y permitir a los países en desarrollo que utilicen las tecnologías que más les convengan. Por su parte, el Senado de Estados Unidos debe rechazar la POP como un mal concebido ecoimperialismo que sólo beneficia a grupos de presión en los países industrializados.

© AIPE Richard Tren es director de la ONG África Contra la Malaria y Roger bate es director del International Policy Network.